
Micropropagación de frutilla
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Aldo Berettoni*, Jorge Ale*, Alicia Forns* y Agustín Padilla**. *Sección Horticultura y **Biotecnología. Mail: aldoberettoni@eeaoc.org.ar
A partir del año 2021 se reportaron varios casos de aparición del patógeno Neopestalotiopsis clavispora², los cuales se incrementaron durante las campañas subsiguientes. La aparición de esta enfermedad emergente encendió las alarmas en los viveros multiplicadores, quienes intensificaron los monitoreos y adoptaron medidas para garantizar la sanidad de sus plantas “madre”. Para esto, iniciaron la importación de plantines micropropagados desde distintos centros de multiplicación en el extranjero, con un elevado costo para los viveristas.
Como consecuencia de esta situación sanitaria, en el año 2022 comenzaron las gestiones entre viveristas y la EEAOC para llevar a cabo el saneamiento y la multiplicación de plantas de frutilla mediante la técnica de micropropagación “in vitro” en los laboratorios de la Sección Biotecnología, la cual contaba con antecedentes y experiencia en este tema. Una vez obtenidos los plantines, estos son aclimatados y sometidos a una primera multiplicación mediante estolones en invernáculos ubicados en la Subestación Tafí del Valle, la cual se encuentra bajo la supervisión de la Sección Horticultura de la EEAOC. Estos plantines posteriormente son entregados a los viveristas para que establezcan sus propios viveros de plantas madres en el sur del país y continúen con las siguientes etapas de multiplicación de plantines comerciales en campo.
La génesis
En octubre de 2022 se recibieron en las instalaciones de la Estación Experimental Agroindustrial Obispo Colombres (EEAOC) un total de 233 coronas (plantines) de frutilla (etiqueta blanca), correspondientes a 11 variedades que provenían de un centro de multiplicación de España.
Este material fue plantado en macetas y mantenido en óptimas condiciones de invernadero para favorecer la brotación y desarrollo, conformando de esta manera un plantel de plantas “madres” (Figura 1). Una vez que estos ejemplares comenzaron a emitir estolones, se procedió al corte de los mismos y a partir de de ellos se extrajeron los meristemas para iniciar el proceso de micropropagación “in vitro”.
En diciembre de este mismo año se inició la etapa de producción in vitro mediante la extracción e implantación de meristemas de las diferentes variedades. En este periodo se procedió a la realización de pruebas y ensayos a fin de optimizar los medios de cultivos que favorecieran el óptimo desarrollo de cada genotipo (ver)
Una vez obtenidos los plantines enraizados en laboratorio, éstos se trasplantaron en los invernaderos de la Sección Biotecnología en la sede central de la EEAOC, donde se mantuvieron bajo un estricto control de humedad y temperatura durante 20 a 30 días para lograr una buena aclimatación “ex vitro” (Figura 2). Posteriormente, los plantines fueron trasladados a los invernaderos de la Subestación Tafí del Valle, para continuar su desarrollo y obtener la primera multiplicación de los ejemplares.
Tanto las plantas “madre” como los nuevos plantines producidos en los invernaderos recibieron un manejo agronómico específico, con fertilizaciones acordes a la etapa fenológica en que se encontraban, y se realizaron aplicaciones preventivas de insecticidas y fungicidas. Se mantuvo un estricto control de la cantidad y calidad del agua de riego ya que la frutilla es una especie muy sensible a la salinidad.
Características técnicas del proceso
Durante la multiplicación de plantines saneados de frutilla, es necesaria la acumulación de determinada cantidad de horas de frío (suma de horas en que la temperatura se mantiene por debajo de 7°C). Cuando el plantín ha recibido alrededor de 250 horas de frío, se estima que el mismo se encuentra en condiciones de ser cosechado. Este fenómeno genera un vigor potencial que determinará una mayor productividad, relacionado a la abundante emisión de raíces, por lo que la ubicación del vivero es muy importante para obtener un producto de óptima calidad sanitaria y productiva.
Las plantas que se producen en viveros de altura tienen un activo crecimiento que promueve la producción de estolones durante los meses de verano y luego detienen su crecimiento vegetativo por haber alcanzado la madurez al tener las horas de frío necesarias. Tafí del Valle es una localidad de la provincia de Tucumán ubicada a 2000 m.s.n.m., con temperaturas invernales que pueden llegar a los -10°C, y reúne las características necesarias para la multiplicación de plantines de frutilla saneados. Es por esto que en la Subestación de Tafí del Valle se construyeron entre 2022 y 2024 dos invernáculos de aproximadamente 150 m² cada uno, en los cuales se trasplantan los plantines de frutilla saneados provenientes de la producción in vitro que se realiza en laboratorio. Cada uno de los módulos está cubierto en su totalidad con tela antiáfidos, con la finalidad de proteger a las plantas de insectos vectores de virus, y poseen una superficie utilizable de canteros de 100 m² aproximadamente, construidos a 1 m de altura en los cuales se utiliza un sustrato a base de turba estéril a la cual se añadió un fertilizante de liberación lenta. En la parte superior de cada cantero se colocaron nebulizadores para el riego de los plantines.
El trasplante de plantines en Tafí del Valle se realizó a partir del mes de noviembre de 2023 con una densidad de cuatro plantines/m² y se plantaron 11 variedades de frutilla: Petaluma, Monterey, Rábida, Aromas, Rikas, Rociera, San Andreas, Fronteras, Merced, Albión y Camino Real. Las plantas permanecieron en estas condiciones aproximadamente entre seis a ocho meses, hasta que completaron su ciclo de crecimiento y maduración, y en el mes de agosto se cosecharon los plantines, con una tasa de multiplicación de 1:40; es decir que cada planta madre produjo alrededor de 40 nuevas plantas cosechables (este valor es en promedio, ya que la tasa de multiplicación difiere para cada variedad y fecha de plantación).
En la práctica, el momento óptimo para llevar a cabo la cosecha de plantines se reconoce por un enrojecimiento generalizado de las hojas (Figura 3) y un oscurecimiento y lignificación del sistema radicular, como así también por un engrosamiento de la corona que debe tener, al menos, 1 cm de diámetro. Los plantines cosechados se clasifican en las siguientes categorías: planta madre, primera, segunda y tercera calidad, según el grosor de la corona (Figura 4). Se los agrupa por categoría y se colocan en bolsas transparentes perforadas las cuales se almacenan en condiciones de refrigeración de entre 1°C y -1°C. Cada bolsa se rotuló con la etiqueta amarilla que corresponde a la calidad de semilla fiscalizada, según norma del INASE, en la que se menciona identidad, calidad y pureza de la simiente, contenido neto, año de cosecha e institución proveedora de las plantas.
Todo el ciclo de producción de plantines saneados de frutilla es supervisado por personal del SENASA y del INASE, quienes labran actas durante las inspecciones periódicas que realizan. Estas inspecciones permiten constatar el cumplimiento correcto de los protocolos y normas de producción vigentes, para poder inscribir los plantines destinados a la venta y que los mismos puedan ser trasladados a los viveros del sur del país.

Figura 4. Plantines clasificados por categoría, según grosor de corona (agosto de 2024, Tafí del Valle, Tucumán).
¹La multiplicación de plantines de frutilla está regulada por la Resolución INASE N°165/2021, Resolución INASE N° 166/2021 y normativa del SENASA para la multiplicación y comercialización de material vegetal.
²Idem anterior. Hongo que causa la podredumbre de raíces y corona en la frutilla.
Control sanitario en plantines de frutilla: prevención de incidencia de patógenos para garantizar la obtención de plantines de óptima calidad.
Ings. Agrs. N. Catalina Aguaysol y V. Gonzalez. Sección Fitopatología. EEAOC
El cultivo de frutilla es altamente demandante de condiciones óptimas para su desarrollo, especialmente en la etapa inicial, donde los plantines son vulnerables a diversos patógenos que pueden comprometer el crecimiento y la productividad de los materiales. En este contexto, mantener la sanidad de los plantines en sus primeros estadios de desarrollo resulta fundamental para garantizar una producción exitosa y de calidad.
Los plantines de frutilla cultivados a partir de material in vitro representan una de las mejores herramientas de manejo para iniciar un cultivo sano y libre de enfermedades. Sin embargo, es crucial destacar que incluso a partir de este material inicial de alta calidad, pueden presentarse riesgos asociados a la presencia de fitopatógenos, como virus y hongos, que afectan la productividad y la salud de la planta en etapas posteriores.
El proceso de indexing de virosis realizado en el laboratorio del Instituto de Patología Vegetal, dependiente del Centro de Investigaciones Agropecuarias del INTA Córdoba (IPAVE-CIAP INTA), juega un rol esencial en este aspecto. Este procedimiento consiste en la detección temprana de virosis, un paso clave para asegurar que los plantines estén libres de enfermedades virales que puedan afectar su desarrollo. La detección precoz permite eliminar material infectado antes de que se propague y cause daños significativos en el cultivo.
Técnicos de la Sección Fitopatología de la EEAOC llevan a cabo el monitoreo sanitario de los plantines de frutilla en condiciones controladas dentro de invernáculos. Estos proporcionan un ambiente protegido y controlado que facilita la observación de las plantas y la adopción de medidas preventivas, como así también detectar cambios sutiles en su morfología o comportamiento que podrían indicar la presencia de patógenos. En este sentido, se realiza un monitoreo sistemático de extracción de muestras de plantines para ser analizados en condiciones de laboratorio. De esta manera puede determinarse la presencia de diversos fitopatógenos y entre ellos, específicamente, Neopestalotiopsis sp, un hongo que afecta tanto las hojas como las raíces de las plantas de frutilla, causando la podredumbre de la raíz y la corona.
La identificación temprana de fitopatógenos es crucial para prevenir su propagación y minimizar el riesgo de pérdidas en la producción comercial, a la vez que permite aplicar medidas correctivas de manera oportuna, como el tratamiento con fungicidas adecuados o la erradicación completa de plantas infectadas.
Como resultado de los análisis realizados en el laboratorio de la sección Fitopatología, hasta el momento no se ha detectado la presencia de fitopatógenos que puedan comprometer la producción de plantines de frutilla en invernáculo.
En conclusión, la sanidad de los plantines de frutilla en su etapa inicial es un factor determinante para el éxito del cultivo. El monitoreo constante en condiciones controladas dentro de invernáculos es una herramienta esencial para mantener la calidad de los plantines y prevenir la propagación de patógenos. La identificación temprana de enfermedades y la intervención adecuada en esta fase inicial son esenciales para asegurar una producción de frutilla sana.