Revista Avance
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Diaphorina citri

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Lucrecia Augier* Nicolás Carro** Nicolás Vega** Marcelo Lizondo***
*Dra. Ciencias Biol. ** Estudiantes Ing. Agr. *** Ing. Agr. Sección Zoología Agrícola. EEAOC lmaugier@eeaoc.org.ar

Diaphorina citri o “psílido asiático de los cítricos” adquiere relevancia al ser uno de los vectores asociados a la transmisión de la bacteria causal del HLB, enfermedad que afecta a los cítricos y otros hospederos como la planta ornamental Murraya paniculata y que al presente no tiene cura. 

El insecto vector puede dispersarse por sí mismo cortas distancias, pero también puede trasladarse en material vegetal cítrico, hospederos alternativos o por corrientes de aire. 

En Argentina D. citri está presente en las provincias de Misiones, Corrientes, Entre Ríos,  Formosa, Chaco,  Santiago del Estero, Jujuy y Salta. 

Ciclo biológico

Diaphorina citri pasa por los estados de huevo, ninfa (con cinco estadios) y adulto. El ciclo completo puede durar de 15 a 47 días, dependiendo de la temperatura (Figura 1). La hembra adulta deposita los huevos en grupos o hileras sobre el ápice de brotes. Dos a cuatro días posteriores, eclosionan las ninfas y permanecen agregadas hasta el segundo estadio, a partir del cual se dispersan por todo el brote. El estado ninfal dura 11 a 15 días. Uno a tres días después de la emergencia del adulto, si hay disponibilidad de brotes, acontece la cópula y los huevos son depositados en las 24 horas posteriores, reiniciándose el ciclo. 

 

Existe sincronización entre el ciclo de vida de D. citri y el desarrollo de brotes ya que las hembras colocan los huevos solamente en brotes tiernos de la planta huésped. 

Características para la identificación

Adulto

El adulto mide entre 3 y 4 mm de longitud, es de coloración marrón claro. El segundo par de alas presenta manchas oscuras en los bordes lo que constituye uno de sus caracteres distintivos. Otra característica particular es la posición inclinada del cuerpo cuando se posa sobre alguna superficie de la planta con un ángulo aproximado de 45º (Figura 2). Son activos, saltan y vuelan fácilmente cortas distancias cuando son molestados. 

 

Huevos

Los huevos tienen forma ovoide, color amarillo brillante a anaranjado, miden aproximadamente 0,3 mm de longitud y 0,14 mm de ancho (por lo que ayuda el uso de lupa de mano) (Figura 3). Presentan un extremo redondeado y el otro, aguzado.  

Figura 3. Huevos de D. citri.

 

 

Ninfas

Presenta cinco estadios ninfales semejantes entre sí (Figura 4), todas ellas dorso ventralmente aplanadas, de color crema (el primer estadio), anaranjadas a marrón, en algunas ocasiones de tonalidades verdosas, con un par de ojos rojos y antenas negras cortas y gruesas. Llegan a medir hasta 2 mm. Salvo el primer estadio ninfal, los otros estadios presentan esbozos alares. 

Figura 4. Ninfa de D. citri.

 

Monitoreo 

Las principales metodologías para el monitoreo de D. citri son: inspección visual y trampas adhesivas amarillas. En zonas sin detección de insecto vector (es el caso de Tucumán y Catamarca), la colocación de trampas (Figura 5) y la inspección visual, se realizan en las borduras (límites de: fincas, montes, otros cultivos, cuerpos de agua, caminos) (Figura 6).

Figura 5. Trampas adhesivas amarillas.

 

Figura 6. Inspección visual de plantas en la bordura.

 

La inspección visual se realiza en cada una de las plantas de las filas que componen la bordura, priorizando el período de brotación (buscar huevos, ninfas y adultos) (Figura 7) y adultos durante todo el año. Se recomienda realizar dos monitores en primavera-verano. Las trampas amarillas (25 cm x 12 cm) para detección de adultos, se colocan en el perímetro de las quintas cada 250 m y se recambian quincenalmente. Si se detecta al insecto vector, se debe informar a las autoridades fitosanitarias y/o instituciones de referencia. 

Figura 7. Inspección de brotes tiernos.

 

A tener en cuenta

Todos los que forman parte de la cadena productiva de citrus, deben estar capacitados en el reconocimiento de las principales características del insecto vector del HLB, así como en las metodologías de monitoreo y en la identificación de  síntomas de la enfermedad.

El monitoreo sistemático y continuo de quintas cítricas y arbolado urbano debe ser lo más intensivo y abarcativo posible, de manera que permita actuar velozmente en caso de alguna detección.

 

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