Daño por las heladas de julio y agosto de 2020 en el área cañera de Tucumán
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*Ing. Agr. Sección Sensores Remotos y SIG, **Lic. Geogr. Sección Sensores Remotos y SIG ***Ing. Agr. Sección Caña de Azúcar, EEAOC
Las condiciones meteorológicas hasta fines de junio fueron óptimas para la actividad azucarera en la provincia de Tucumán, teniendo en cuenta las bajas precipitaciones, las temperaturas adecuadas y la radiación solar que favorecieron la evolución madurativa del cañaveral.
Sin embargo, en julio se presentaron las heladas características de Tucumán. En el norte se registraron heladas suaves a moderadas, mientras que en el sur fueron de suaves a severas. Cabe destacar los días 7, 8, 24 y 25 de julio con los registros de mayor intensidad y duración, a nivel general, en el área cañera tucumana.
Posteriormente, en el mes de agosto se presentaron fríos intensos y prolongados que determinaron heladas de suaves a severas en el noreste y este, y entre suaves a moderadas en el centro y sur del área cañera. En dicho mes se destacan los días 12, 13 y del 20 al 23 por registrar las menores temperaturas bajo cero a nivel general en la zona cañera (EEAOC, 2020).
La incidencia de las heladas fue generalizada y con efectos variables sobre el cañaveral, que dependieron en gran medida de su localización, la variedad implantada, el nivel de crecimiento y producción, la posición topográfica y la cercanía de cursos de agua y/o zonas de monte, entre otros. Los daños de mayor importancia se registraron en los lotes ubicados en el centro, sur y este del área cañera y en cañaverales de menor nivel de producción y/o volcados. Es importante remarcar que el efecto de las horas de frío es acumulativo, por lo tanto cada nueva helada modificaba y agravaba la situación del cañaveral.
El “Normalized Difference Vegetation Index” (NDVI) es un índice verde que relaciona la reflectividad en las bandas del infrarrojo cercano y el rojo del espectro electromagnético de la luz. Su intervalo dinámico es amplio en condiciones de baja biomasa y restringido en situaciones de alta biomasa (Jensen, 2007), condición que permite una adecuada diferenciación de la cobertura vegetal en situaciones de deterioro de la biomasa, como ocurre cuando se producen heladas (Fandos et al., 2007).
En el presente trabajo se identifica y cuantifica el efecto de las heladas en la zona cañera tucumana afectada por ese fenómeno en los meses de julio y agosto de 2020, mediante índices NDVI obtenidos a partir de imágenes Sentinel 2A y 2B MSI adquiridas del sitio https://scihub.copernicus.eu/dhus/#/home.
Se aplicaron distintas técnicas de procesamiento de imágenes satelitales y herramientas de Sistemas de Información Geográfica (SIG), complementadas con trabajos de validación a campo.
Se delimitaron tres categorías según la intensidad de afectación: suavemente, medianamente y severamente afectado por heladas. La información generada fue validada a campo. La categorización mencionada es la misma que se realizó en Fandos et al. (2007) y que se expone en la Tabla 1. Se observa la correspondencia entre la calificación de heladas para la zona azucarera de Tucumán, según la intensidad y duración de estas (Romero et al., 2007) y la obtenida a partir de imágenes satelitales.
Área cañera según niveles de afectación por las heladas de julio de 2020
Las imágenes obtenidas el 10 de agosto se consideraron aptas para el análisis de los efectos de las heladas de julio puesto que, a la fecha mencionada, los efectos de las bajas temperaturas ya se visualizaban plenamente y solo correspondían a las heladas de julio, ya que en la primera década de agosto no se registró dicho fenómeno en el área cañera tucumana.
La Figura 1 muestra la superficie cañera cosechada y la no cosechada según niveles de afectación por heladas al 10 de agosto. Se aprecia un importante avance general de cosecha, en el orden del 57;9%. Por otra parte, se constata que en los cañaverales no cosechados la mayor proporción correspondió a la categoría medianamente afectado por heladas.
La Figura 2 muestra la distribución espacial del área cañera cosechada y los diferentes niveles de afectación por heladas en los cañaverales sin cosechar al 10 de agosto. Se constata un importante avance en la recolección de los cañaverales localizados en las zonas noreste, este y sur del área cañera. Cabe mencionar que dichas zonas corresponden mayormente a relieve llano y presentan la mayor exposición a las heladas.
Con respecto a los niveles de afectación por heladas, se aprecia un predominio de cañaverales medianamente afectados en toda el área cañera. Los cañaverales severamente afectados se concentran mayormente en las zonas de llanura del sector central del área cañera. Finalmente, los levemente afectados por heladas se sitúan mayormente en los departamentos Burruyacu, Cruz Alta y a lo largo de toda la zona pedemontana de los departamentos del oeste hasta el sur provincial.
Área cañera según niveles de afectación por las heladas de agosto de 2020
Como se mencionó anteriormente, el efecto de las horas de frío es acumulativo y por lo tanto, cada nueva helada modifica y agrava el estado del cañaveral, situación que se presentó en la presente zafra, como consecuencia de las heladas acontecidas en el mes de agosto.
En la Figura 3 se observa la superficie cañera cosechada y la no cosechada según niveles de afectación por heladas al 25 de agosto. Se constata un significativo avance general de cosecha, del 68,5%, mientras que en los cañaverales no cosechados se aprecia que la mayor proporción correspondió a la categoría severamente afectado por heladas.
La Figura 4 exhibe la distribución espacial del área cañera sin cosechar y los diferentes niveles de afectación por heladas en los cañaverales sin cosechar al 25 de agosto. Si bien se observa un patrón de distribución similar al de la Figura 2, se constata en general una intensificación del daño en los cañaverales, incluso en áreas cercanas a zonas pedemontanas, como se aprecia en los departamentos Lules y Famaillá. Vale agregar además que la ocurrencia de heladas, sumadas al bajo porcentaje de humedad ambiental, producto del otoño e invierno con escasas precipitaciones, definió un escenario altamente favorable para la fácil diseminación del fuego en los cañaverales. Es así que en la validación de los resultados se constataron lotes que, por la incidencia de las heladas, correspondían a las categorías de levemente o medianamente afectado por heladas, pero que como producto de la quema del cañaveral en pie, fueron incluidos dentro de la clase severamente afectados por heladas. Dicha situación se constató principalmente en algunos cañaverales situados en los sectores occidentales del área cañera de los departamentos Burruyacu, Cruz Alta, Chicligasta y Río Chico.
Consideraciones finales
Las imágenes obtenidas el 10 de agosto se consideraron aptas para el análisis de los efectos de las heladas de julio ya que, hasta ese momento, los efectos de las bajas temperaturas ya se visualizaban plenamente y solo correspondían al enfriamiento de julio, debido a que en los primeros diez días de agosto no se registraron heladas en el área cañera tucumana.
El avance general de cosecha al 10 de agosto alcanzaba el 57,9% de los cañaverales tucumanos. A esta fecha, los departamentos Leales y Simoca concentraban los mayores valores de superficie cosechada en hectáreas. La disposición espacial de los cañaverales cosechados indicaba un importante avance de cosecha en las zonas noreste, este y sur del área cañera, lo que permitió escapar a los efectos perjudiciales de las heladas, dado que los cañaverales situados en las zonas de llanura oriental y suroriental resultan los más afectados por las mismas.
De los cañaverales que quedaban sin cosechar, la mayor proporción correspondía a la categoría medianamente afectado por heladas.
El avance general de cosecha al 25 de agosto de 2020 alcanzaba el 68,5% de los lotes cañeros. El análisis de la distribución espacial de los niveles de afectados por heladas en las zonas sin cosechar revelaba un patrón de distribución similar al detectado en los cañaverales no cosechados al 10 de agosto, pero con una intensificación del daño incluso en áreas cercanas a zonas pedemontanas.
El sostenido ritmo de cosecha que se mantuvo hasta la fecha permitió atenuar los efectos negativos de las heladas. Si bien durante agosto también se constataron heladas, estas fueron suaves a moderadas en el sector occidental. Las severas correspondieron mayormente a la región de elevado avance de cosecha. Por otra parte, las temperaturas bajas de agosto contribuyeron al mantenimiento de los niveles previamente alcanzados de sacarosa, retrasando el proceso de degradación del jugo que se produce en condiciones de altas temperaturas y lluvias.
La magnitud final de las pérdidas de azúcar en lo que resta de la zafra dependerá de la incidencia de otros factores, cuya consideración y manejo permitirán minimizar su significación. Entre estos factores se destacan las condiciones ambientales que se registren en el tiempo que resta de zafra, sobre todo el incremento de las temperaturas y la ocurrencia de lluvias. También influirá el comportamiento de los cultivares comerciales que restan cosechar, que en un elevado porcentaje corresponden a LCP 85-384, variedad reconocida por la tolerancia al frío. La fecha de la cosecha y el sistema de recolección empleado, entre otros factores, también influyen, pero sin dudas el factor de mayor gravedad y riesgo en esta zafra lo constituyen las quemas. Cabe remarcar que la ocurrencia de heladas, sumadas a la baja humedad ambiental, producto de la ausencia de lluvias, definió un escenario altamente favorable para la fácil diseminación del fuego en los cañaverales cosechados y sin cosechar.
Hay que destacar además que la identificación y cuantificación de los efectos negativos producidos por heladas, logradas con la metodología empleada, permiten entre otras aplicaciones el establecimiento de prioridades de cosecha en los lotes más afectados, y la identificación de cañaverales con menor afectación a los fines de su uso como caña semilla, previa revisión y eliminación de las porciones con yemas afectadas.