Revista Avance
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Del laboratorio al mercado

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Un proyecto de desarrollo de bioinsumos agrícolas concebido en la experiencia de los laboratorios de la EEAOC y el Itanoa -el Instituto de Tecnología Agroindustrial del Noroeste Argentino que la EEAOC cogestiona con el Conicet- progresa hoy en su camino a convertirse en una empresa de base tecnológica (EBT).

Un paso más cerca

El equipo responsable de la formulación del proyecto, integrado por las doctoras Pia Di Peto, Laura Tortora y Nadia Chalfoun, acaba de dar un paso importante hacia la concreción del objetivo. Así surge de su participación en el programa Ignite, mediante el que la incubadora de empresas Gridx entrena, capacita a las personas que, además de ostentar probadas capacidades específicas y de haber formulado un proyecto promisorio, reúnan las condiciones para gestionar una empresa económica y financieramente autosustentable. En cada caso, comercializando lo que proponen producir.

La composición final del equipo incluye hoy al ingeniero industrial Sebastián Saera, identificado por su personalidad compatible con el grupo original y profesionalmente apto para aportar al funcionamiento del sistema que conecte la producción con el mercado objetivo.

Tras la calificación obtenida, el equipo así conformado se instala ahora como firme candidato a percibir el empuje de recursos necesarios para el despegue, provistos por fondos de inversión que con ese fin interactúan con incubadoras y aceleradoras de empresas en el ecosistema de las startups, en el marco de lo que se conoce hoy como economía del conocimiento. Es el paso siguiente.

Innovación, realidad y mercado

Tucumán es hasta aquí la usina regional que más empresas biotecnológicas ha generado. Su supervivencia depende de la utilidad de su oferta para la mejora efectiva de la producción agrícola. La “incubación” de este proyecto en el ámbito de las investigaciones de la EEAOC, en contacto permanente con la realidad de la actividad, ofrecería, en este caos, una primera garantía al respecto.

Una ventana a la reflexión se abre a partir de la identificación de un denominador común, que se afianza en la medida en que progresa la agricultura del conocimiento: no todas las soluciones que andan acá andarán igualmente bien allá y viceversa. Mirando en profundidad, el gran desafío de la industria de los bioproductos, consiste en mantenerse atenta a una agricultura que ha ido pasando de una basada en insumos a otra de procesos: compleja, precisa, contexto por contexto.

Dejamos aquí el testimonio de las protagonistas.

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