Un objetivo común para soluciones diferenciadas
La conformación de esta red surge de un acuerdo entre referentes de distintas organizaciones, junto a las que veníamos intercambiando información y criterios para el manejo de la plaga de la chicharrita del maíz. Referentes de CREA, AAPPCE, Aapresid y nosotros, de la EEAOC, vimos necesario impulsar un proyecto a nivel nacional que permitiera estudiar, en campo, el comportamiento de la plaga y obtener datos que permitan aplicar con fundamento las alternativas de manejo que mejor se adapten a nuestros diferentes contextos. Una de las herramientas imprescindibles entonces era el monitoreo del vector: el examen de su dinámica poblacional y su infectividad según las variables culturales y ambientales de las distintas zonas maiceras del país. Ese es el objetivo de esta Red Nacional de Trampeo. El proyecto, ya activo, está planteado para una duración de por lo menos tres años. Los estudios que realizamos con CREA abordan otros aspectos de interés epidemiológico.
Estructura operativa de la Red
Hemos dividido al país en cinco zonas agroecológicas: NOA, NEA, zona Centro, zona Núcleo y Litoral. La Red constará de 450 trampas cromáticas adhesivas -amarillas, de 12,5 cm por 20 cm- instaladas en otros tantos puntos de muestreo. Las zonas NOA, NEA, Centro y Núcleo tendrán 100 puntos cada una. Entre Ríos en el Litoral, tendrá 50.
Cada trampa va colocada sobre estaca a la altura de 1 metro ahora en cultivos de invierno -trigo, centeno o cultivo de servicio-; la idea es hacer los recambios quincenalmente, por lo que tendremos lecturas de los puntos de muestreo dos veces al mes.
Esas 450 trampas están destinadas a la estimación de la dinámica poblacional: cantidad de individuos adultos y su fluctuación a través de los meses en zonas con y sin maíz, teniendo en cuenta las condiciones ambientales correlativas.
Para la mensura de la infectividad del vector se capturarán 30 chicharritas por punto de muestra seleccionado. En NOA y NEA habrá diez puntos; en zona Centro, Núcleo y Litoral, solamente cinco. En total, contaremos entonces con muestras tomadas en 35 puntos del territorio nacional. Muestras a las que, a través del centro de investigaciones de INNOVA se le harán análisis moleculares para determinar la presencia o no de Spiroplasma.
Los análisis moleculares infectivos se harán cuatro veces al año, en concordancia con las cuatro estaciones. Entonces, además de la dinámica poblacional podremos entender cuándo va cambiando su capacidad de infección; cuando hay maíz primaveral –maíz muy temprano-, maíz de segunda, próximo a cosechar ya en el otoño o en el invierno ver qué pasa con la población: si se refugia, si se mantienen o no los valores de infectividad.
Coordinación, participación y comunicación
La operatoria incluye la función de coordinadores regionales de CREA, Aapresid, AAPPCE, INTA y la coordinación general a cargo de la EEAOC.
El concepto es que sea una red abierta a la participación de todos los interesados. Por un lado, con esa estructura de puntos que llamamos Centinela o Principales, controlados por personal capacitado y por otro con una red complementaria, voluntaria, con trampas que distintos interesados vayan agregando e incremente la obtención de datos útiles. La información que regularmente vaya produciéndose será procesada especialmente y difundida y replicada a través de distintos portales con acceso libre y gratuito.
Ésa es la idea. Ya se avanzó bastante. Se hará todo con el patrocinio de Maizar y el apoyo financiero de Bayer, Corteva y Syngenta. Arrancaremos formalmente durante este próximo mes de Julio.