Los avances de la ciencia no paran de sorprendernos. Cada vez hay más recursos para entender y enfrentar los desafíos que plantea el actual desequilibrio entre civilización y naturaleza; para avanzar en lo que no nos cansamos de mencionar con el término “sustentabilidad”, que, en realidad, significa también supervivencia.
Hay muchos ejemplos. Hoy, por caso, es posible trazar en un gráfico el mapa de las conexiones del cerebro de una mosca y deducir de ello la relación entre esa morfología y la conducta del insecto: su capacidad para orientarse respecto de distintos obstáculos y oportunidades en camino hacia la fuente más segura de alimento. También son notables los recientes progresos en la comprensión del comportamiento de los consorcios de bacterias que pueblan cada rincón de la biósfera y apuntan a mejorar el manejo de la salud humana y vegetal, potenciar el aprovechamiento de los nutrientes del suelo, incidir en los requerimientos genéticos de las variedades que utilizamos comercialmente y aportar a su desarrollo fenológico más eficiente. Sobran ejemplos. Las primeras técnicas del trasplante cardíaco quedaron lejos.
Resulta paradójico que la misma especie capaz de semejantes avances sea la única responsable del escenario ecológico que hoy nos desconcierta. La agricultura por su parte, que enfrenta en este sentido un doble desafío, es por necesidad más progresiva. Mientras se orienta en la dirección de un menor impacto ambiental de sus prácticas, debe ir viendo cómo adaptarse a condiciones agroecológicas adversas y mantenerse en perspectiva suficientemente productiva.
Mientras esperamos que los avances de la neurobiología logren descifrar la relación entre la morfología del cerebro humano -varios millones de veces más intricada que la de la mosca de la fruta que nos sirvió de ejemplo- y su conducta autodestructiva, desde esta revista, mucho más modestamente, seguiremos ocupándonos de acercar a nuestros lectores no solo la advertencia del riesgo que corremos si no optamos por la sustentabilidad como camino, sino los ejemplos y mejores alternativas prácticas para saber cómo ir haciéndolo.
